La Educación Ambiental es un pilar fundamental de la transformación social, desde el trabajo de valores como el cuidado del planeta, de las especies que en él habitamos y el autocuidado se persigue establecer otra forma de relación más humana en el contexto educativo y fuera de él. Aprender a convivir con la incertidumbre derivada de la emergencia climática, la situación sanitaria actual y el reencuentro con la naturaleza deben ser el horizonte más próximo.
La transversalidad que ofrece la educación ambiental es una herramienta óptima para contribuir a los ODS desde el compromiso y la acción colectiva de la comunidad educativa. Además favorece la toma de conciencia sobre los problemas socio-ambientales globales, adoptando hábitos y actitudes responsables y respetuosas con el medio ambiente, prestando especial atención al patrimonio natural de Canarias, promoviendo comportamientos proactivos hacia su defensa y conservación, así como, hacia el funcionamiento sostenible y eficiente de los centros escolares.
Los centros educativos que priorizan este eje continuarán o pondrán en marcha medidas que contribuyan a los siguientes objetivos:
- Fomentar el pensamiento crítico e innovador para promover la transformación y la construcción de una sociedad sostenible, para descubrir y cultivar aptitudes en nuestro alumnado que resuelvan los problemas ambientales por sí mismo y/o actuando colectivamente.
- Sensibilizar, concienciar, formar y movilizar esfuerzos individuales y colectivos encaminados a fomentar un desarrollo sostenible sustentado en una ética ambiental y la justicia social.
- Promover el trabajo en equipo, cooperativo, participativo e interdisciplinar, donde la mirada sobre la realidad global del planeta va de la mano de la realidad local de Canarias.
- Utilizar los huertos escolares ecológicos y zonas ajardinadas como aulas al aire libre para el desarrollo de las situaciones de aprendizaje de las diferentes áreas o materias, fomentando en todo momento las metodologías activas que generen aprendizajes sostenibles.
- Impulsar el contacto y el respeto por la naturaleza, fomentando el cultivo de productos autóctonos, plantas propias del entorno , humanizando los espacios para generar otro tipo de relaciones entre las personas y entre personas y el medio.
- Diseñar prácticas educativas para promover la mitigación y resiliencia del cambio climático en los centros educativos, que enseñen a nuestro alumnado a convivir con la incertidumbre.
- Implicar al alumnado, profesorado y familias en el desarrollo de experiencias encaminadas a favorecer la educación en valores medioambientales, incentivando la empatía e implicación en relación con aspectos como la sostenibilidad ecológica, la justicia social, la igualdad y la solidaridad.