Formación profesional

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Los cambios económicos, sociales y productivos que se están produciendo van a requerir transformar la cualificación necesaria para el empleo. Cada vez más, las empresas demandan nuevos perfiles profesionales caracterizados por su alta cualificación y adaptabilidad. Además, se exigen elevados niveles de especialización que puedan dar respuesta a las necesidades que plantean los nuevos avances tecnológicos y a la competencia de la economía global. Las tecnologías asociadas a la producción y a los servicios -especialmente la automatización-, la inteligencia artificial, la robótica y los sistemas inteligentes, están avanzando a pasos agigantados, incrementando el nivel de automatización de los procesos productivos y provocando una profunda transformación en la cualificación de los perfiles profesionales requeridos. En el contexto de la cuarta revolución industrial y de la transformación digital, avanzamos hacia un tipo de empresa del futuro más automatizada e inteligente, que transformará muchos puestos de trabajo pero que, a la vez, generará otros de mayor valor añadido. Además, se deberá favorecer el desarrollo de diferentes áreas en las que hoy no existe un conocimiento detallado ni sectores claramente definidos, pero que muestran un elevado potencial de evolución futura. Todo esto conllevará necesariamente nuevos requerimientos competenciales, tanto a nivel humano como a nivel profesional, y nuevos espacios de trabajo y de aprendizaje, más modernos y mejor adaptados, para dar respuesta a las nuevas necesidades conceptuales y estructurales a las que nos debemos enfrentar.

Por lo tanto, el reto de futuro desde la perspectiva de la Formación Profesional es poder adelantarse a las necesidades de las empresas, ser capaces de identificar de forma proactiva las oportunidades de generación de nuevos productos, procesos productivos o servicios, así como el desarrollo de actividades en sectores emergentes, que redunden en una mejora de la competitividad de las empresas y la empleabilidad del alumnado. Por otra parte, el nuevo marco normativo de la Formación Profesional a nivel estatal hace especial hincapié en la innovación, la investigación aplicada y el emprendimiento. Se establece que las administraciones deben promover la cultura de la innovación, la investigación aplicada, el desarrollo de las habilidades asociadas a la innovación, la participación en proyectos y metodologías innovadoras, y la promoción de aulas tecnológicas y de innovación. Además, se insta a las administraciones a fomentar una línea abierta de financiación de proyectos de innovación, generadora de redes innovadoras, y a promover la innovación pedagógica y la investigación.

Por todo esto es necesario priorizar como estratégicos los proyectos que conlleven establecer en los centros de formación profesional estructuras que funcionen como laboratorios de innovación, que promuevan la adaptación de los espacios a los nuevos entornos laborales, que mejoren la dotación tecnológica, que desarrollen metodologías innovadoras y que, en definitiva, ayuden a ofrecer nuevas oportunidades, a facilitar la creación de empleo y a mejorar la competitividad y la productividad del tejido empresarial canario. En este contexto, la Formación Profesional debe desempeñar sin duda alguna un papel estratégico para Canarias.