La actual Estrategia Canaria de la Economía Azul (ECEA) alude a la Política Marítima Integrada de la Unión Europea, que reconoce la importancia de los mares y los océanos como motores de la economía por su gran potencial para la innovación y el crecimiento y define la economía azul como “cualquier actividad económica directa o indirectamente relacionada con los océanos, el mar y la costa”. De una manera más concreta, la ECEA hace referencia a las actividades económicas que “tienen lugar en el medio marino, usan los recursos del mar como insumos, o bien están involucradas en la producción de bienes o en la prestación de servicios que contribuyen directamente en actividades que tienen lugar en el medio marino”.

Por lo tanto, la industria de la economía azul se presenta como un sector que promueve el aprovechamiento de recursos naturales para la generación de oportunidades científicas, tecnológicas y empresariales. La RIS3 ampliada -que apuesta por un desarrollo más inteligente, sostenible e integrador de la industria canaria de la economía azul- reconoce trece subsectores asociados a la misma: biotecnología marina; energía oceánica; extracción de recursos minerales y de sal; acuicultura; desalación; cruceros; turismo náutico; pesca; reparación naval y plataformas offshore; puertos y servicios portuarios; transporte marítimo; turismo costero. Asimismo, se destaca que en Canarias las capacidades e infraestructuras científicas y tecnológicas diferenciales, la ubicación geográfica estratégica, los recursos naturales y las condiciones medioambientales únicas, facilitarán la especialización inteligente y la competitividad internacional a través de la I+D+i.