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Gases de efecto invernadero. GEI

Los científicos atribuyen la tendencia al calentamiento global observada desde mediados del siglo XX a la extensión humana del “efecto invernadero”, el calentamiento que se produce cuando la atmósfera atrapa el calor que se irradia desde la Tierra hacia el espacio.

Ciertos gases en la atmósfera bloquean el calor y no permiten que escape. Los gases de larga vida que se quedan de manera semi-permanentemente en la atmósfera y no responden física o químicamente a los cambios en la temperatura se describen como “forzantes” del cambio climático. Gases como el vapor de agua, que responden física o químicamente a los cambios en la temperatura, son considerados “retroalimentadores”.

Los gases que contribuyen al efecto invernadero:

Vapor de agua

Vapor de agua H2O

Es el gas de efecto invernadero más abundante pero, principalmente, actúa como retroalimentador del clima. El vapor de agua aumenta a medida que se calienta la atmósfera de la Tierra, y también incrementa la probabilidad de nubes y precipitaciones, lo que hace que estos sean algunos de los mecanismos de retroalimentación más importantes del efecto invernadero. 

vapor de agua

Dióxido de carbono (CO2).

Dióxido de carbono (CO2).

Es un componente menor pero muy importante de la atmósfera. El dióxido de carbono se libera a través de procesos naturales como la respiración y las erupciones volcánicas, así como mediante actividades humanas como la deforestación, el cambio en el uso de los suelos y la quema de combustibles fósiles. Desde el inicio de la Revolución Industrial, la actividad humana ha provocado un aumento en la concentración de CO2 de más de una tercera parte. Es el gas de larga duración “forzante” del cambio climático más importante.

 

El cambio climático se produce por la creciente concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, entre los que se encuentra el CO2Para luchar contra este fenómeno, se debe evitar la concentración progresiva de estos gases a la atmósfera, reduciendo las emisiones o aumentando la absorción.

Los principales instrumentos internacionales para la lucha contra este fenómeno son la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y su Protocolo de Kioto. La Convención Marco establece que los países deben impulsar la gestión sostenible de los bosques, promover y apoyar la conservación y el reforzamiento de los “sumideros”, incluyendo la biomasa y los bosques.

En el Protocolo se permite a los países firmantes que utilicen parte de las tonelada de carbono absorbido por estos “sumideros” para facilitar el cumplimiento de los compromisos de limitación de emisiones que dichos países adquieren al ratificar el Protocolo.

 

 

Dióxido de carbono (CO2).

Metano. CH4

Metano. CH4

Se trata de un gas hidrocarburo producido por fuentes naturales y por la actividad humana, como la descomposición de desechos en vertederos, la agricultura (en especial el cultivo de arroz), la digestión de rumiantes y el manejo del estiércol de ganado. A escala molecular, el metano es un gas de efecto invernadero mucho más activo que el dióxido de carbono, aunque mucho menos abundante en la atmósfera.

Metano

Óxido nitroso. N2O

Óxido nitroso. N2O

Es un poderoso gas de efecto invernadero que se produce debido a las prácticas vinculadas con el cultivo del suelo, en especial el uso de fertilizantes comerciales y orgánicos, la incineración de combustibles fósiles, la producción de ácido nítrico y la quema de biomasa.

Óxido nitroso. N2O

Clorofluorocarbonos (CFC).

Clorofluorocarbonos (CFC).

Son compuestos sintéticos de origen enteramente industrial que fueron utilizados en diversas aplicaciones pero su producción y emisión a la atmósfera están ahora muy reguladas mediante tratados internacionales, ya que contribuyen a la destrucción de la capa de ozono. 

Clorofluorocarbonos (CFC).

En la Tierra, las actividades humanas están cambiando el invernadero natural. Durante el último siglo, la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo, ha aumentado la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Esto sucede porque el proceso de quema del carbón y del petróleo combina el carbono con el oxígeno del aire y forma el CO2. En menor medida, la deforestación para propósitos agrícolas, para la industria y para otras actividades humanas ha incrementado la concentración de gases de efecto invernadero.