En 1987, un año después de la adhesión de España a la Comunidad Europea, se puso en marcha la Oficina del Gobierno de Canarias en Bruselas como un instrumento que debía contribuir a la defensa de las singularidades con las que Canarias entró a formar parte de Europa.
En 2008, el Gobierno de Canarias decidió reconvertir la Oficina de Bruselas en Delegación del Gobierno de Canarias por “la necesidad que existe en el archipiélago canario de contar con medios y recursos suficientes para responder de manera eficaz a la creciente importancia que tienen las relaciones con la Unión Europea”.
El funcionamiento de la Delegación implica el cumplimiento de una serie de objetivos tales como: recibir y transmitir información; llevar a cabo tareas de representación y lobby; actuar como plataforma de apoyo logístico a misiones en Bruselas de la administración autonómica y empresas; tareas de sensibilización y de formación en asuntos europeos.
La labor llevada a cabo por la Delegación en Bruselas ha ido adquiriendo una importancia capital para garantizar la información, la representación y la defensa de nuestra región. Sus actividades, así como las relaciones con otras delegaciones autonómicas, con la Representación Permanente de España ante la UE y con las instituciones europeas se han acrecentado en los últimos años, debido a la creciente participación de Canarias en los diversos organismos de coordinación y cooperación.