En la Agenda 2030 los Estados firmantes remarcan su determinación para “propiciar sociedades pacíficas, justas e inclusivas que estén libres del temor y la violencia, pues no puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible” (Resolución A/RES/70/1, de 25 de noviembre de 2015, de la ONU, pág 2). Por otro lado, declaran estar decididos a “movilizar los medios necesarios para implementar esta Agenda mediante una Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible revitalizada, que se base en un espíritu de mayor solidaridad mundial y se centre particularmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables, con la colaboración de todos los países, todas las partes interesadas y todas las personas” (Resolución A/RES/70/1, de 25 de noviembre de 2015, de la ONU, pág 2).
En esa misma línea, la ACDS 2030 reconoce que no puede haber desarrollo sostenible sin paz, sin justicia, sin instituciones fuertes, eficientes y eficaces, y sin alianzas multiactor. Más aún, los avances en materia de desarrollo sostenible pueden perderse fácilmente si no se garantiza en todo momento la paz, la justicia, un marco institucional sólido, eficaz y eficiente, y si no se promueven las alianzas entre múltiples y diversos agentes. La ACDS 2030 aspira a promover un nuevo paradigma de desarrollo, tanto en su alcance como en su instrumentalización; e interioriza que los ODS deben filtrar en todas las políticas públicas, en todas las áreas de actuación; y que las AA. PP. tienen la obligación de modernizarse y transformarse en administraciones con propósito.