En Canarias, las palmeras, en especial la palmera canaria, Phoenix canariensis (Hort. Ex Cha.), tienen especial relevancia como un elemento característico y distintivo del paisaje y como recurso económico en el sector agrícola, por su comercialización como planta ornamental y su utilización para la elaboración de productos de cesterías y esteras, y en la alimentación para la obtención del guarapo y la miel.
Las palmeras se ven afectadas por diversos organismos nocivos como Fusarium oxysporum, Opogona sacchari, Gliocladium vermoesenii, entre otros. Para evitar la propagación de estos organismos nocivos, así como reducir su población y sus efectos sobre las palmeras, es necesario establecer las medidas fitosanitarias adecuadas.