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LOS MERCADOS TRADICIONALES

Actores vivos de la historia en Canarias

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Introducción

Esta muestra expositiva pretende mostrar al público la vital función que han ejercido los mercados tradicionales de Canarias. Con este objetivo, invitamos a un recorrido por la historia y por el legado patrimonial vinculado a estos espacios que han sido fundamentales no solo para las transacciones comerciales, sino también para la vida social, al ser lugares de encuentro y referencia en nuestras ciudades y pueblos.

Pese a la aparición de las grandes superficies, especialmente en las ciudades de mayor densidad poblacional, los mercados tradicionales siguen siendo una pieza fundamental de nuestro paisaje, ya que garantizan el acceso a productos locales, frescos y de proximidad; al mismo tiempo que favorecen el desarrollo local y sostenible de nuestras comunidades y territorios

Pie de foto: Ilustración a partir de fotografía de Luis Ojeda Pérez. Archivo de fotografía histórica de Canarias. FEDAC. Cabildo de Gran Canaria.

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Los primeros mercados

Concluida la conquista de Canarias, uno de los principales retos fue garantizar el adecuado abastecimiento de alimentos y de otras mercancías de primera necesidad. El sustento de esta nueva sociedad requería así de un suministro constante que dependió, en gran medida, del comercio exterior, y de la puesta en cultivo de los campos canarios.

En las recién creadas ciudades, villas y pueblos, las plazas públicas fueron los lugares elegidos para la exposición y venta de productos básicos, aunque podrían ampliarse a otras plazas y calles cercanas.

Pie de foto: Planos de San Sebastián y Garachico, con detalle de ubicación de pescadería y primer mercado. Memoria digital de Canarias (mdC). Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
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Pie de foto: Plano de Betancuria. Memoria digital de Canarias (mdC). Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Texto antiguo
E luego el Sr. Governador dixo que de benderse en las plaças los mantenimientos çesan muchos frabdes y engaños que se hazen, así de hender con pesas falsas como otras cosas, como pareçerá por muchas ynformaçiones que tiene tomadas en las bisitaçiones que a hecho de los bodegones y tendezuelas que avía fuera de las dichas plagas, y a la buena governaçión conbiene que todo lo que se bendiere sea en las plaças. E, si algunos hendedores tuvieren casa en las plaças tengan tendezuela fuera de casa, a la puerta de su casa, donde se pueda buenamente ver e, si llovyere, se puedanmeter en sus casas, e que esto vendan en todas tress plaças de esta çibdad, e que la persona que contra esto fuere yncurra en pena de seysgientos mrs.

Fuente: San Cristóbal de La Laguna, 31 de enero de 1547. Acuerdos del Cabildo de Tenerife, 1545-1549, Instituto de Estudios Canarios, Fol. 78v, p. 73.
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El entorno rural y el papel clave de las mujeres

Gran parte de la población de las Islas Canarias se encontraban en un entorno eminentemente rural. Ante la falta de lugares de abastos, las transacciones comerciales se basaban en el trueque o el intercambio. La mujer tuvo un papel fundamental en toda la cadena comercial, ubicándose notoriamente en los mercados y la venta al por menor, bien en pequeñas tiendas o principalmente a través de la venta ambulante.

Pie de foto: Representación de campesinos de gran Canaria. Archivo de fotografía histórica de Canarias. FEDAC. Cabildo de Gran Canaria.

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Pie de foto: Representación de un grupo de cesteras en dirección al mercado. Fotografía de Carl Norman en 1893. Archivo de fotografía histórica de Canarias. FEDAC. Cabildo de Gran Canaria.

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Pie de foto: Puesto de venta en el exterior de la Recova vieja. Archivo de fotografía histórica de Canarias. FEDAC. Cabildo de Gran Canaria.

Las ciudades y pueblos más populosos contaron con mercados, ferias y tiendas donde adquirir diferentes mercancías con cierta facilidad, pero en el mundo rural esta tarea fue más compleja, dificultando el acceso de la población a bienes que no eran producidos en las proximidades.

En estas localidades, además de en islas eminentemente rurales como El Hierro, La Gomera, Fuerteventura, Lanzarote o La Palma, la economía estaba orientada hacia la subsistencia, fundamentándose en una agricultura y una ganadería destinadas al consumo familiar.

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El papel de la mujer ha sido fundamental en todo el proceso de la cadena comercial. Los mercados locales fueron espacios feminizados. Las mujeres se ubicaron notoriamente en los mercados de abastos con la venta al por menor de productos de primera necesidad, muchos de los cuales eran elaborados o transformados por ellas mismas, lo que refleja su importancia en la economía doméstica y social.

Alfred Diston. Reproducción de acuarelas que representan a una gangochera y a una vendedora de carbón. C. 1819-1820. Depósito del Museo de Historia y Antropología de Tenerife. Colección Documental CFIT. TEA Tenerife Espacio de las Artes. Cabildo Insular de Tenerife.

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Pie de foto: Jordao Da Luz Perestrello. Colección FEDAC. Cabildo de Gran Canaria.

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Pie de foto: Pareja de lecheras en el Puente General Serrador camino del mercado. Archivo de fotografía histórica de Canarias. FEDAC. Cabildo de Gran Canaria.

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De lo efímero a lo permanente: una nueva arquitectura

Aunque en la mayoría de las poblaciones rurales e islas como La Gomera o el Hierro se siguieron utilizando las plazas como puntos de venta, a partir del siglo XIX en algunas localidades de Canarias comenzaron a erigirse inmuebles específicos para su utilización como mercados. La llegada de arquitectos titulados y los nuevos materiales arquitectónicos favorecieron su construcción.


Pie de foto: Mercado de las cebollas. Arrecife. Archivo de fotografía histórica de Canarias. FEDAC. Cabildo de Gran Canaria.

Pie de foto: Mercado de Las Palmas con la catedral de Santa Ana al Fondo. Archivo Histórico Provincial de Las Palmas. Colección Eco de Canarias.
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La Revolución Industrial benefició los sistemas constructivos gracias a la utilización del hierro para las grandes edificaciones. La sencillez del montaje y desmontaje, la rapidez de la ejecución y la adecuación del material a las condiciones higiénicas hizo que la creación de tinglados fuese muy recurrente para este tipo de locales.

Pie de foto: Plano del proyecto para tinglado de hierro del mercado del Puerto de la Luz. C. 1890-93. Archivo Histórico Provincial de Las Palmas. Sección Obras Públicas. Legajo 14. Exp. 203 “construcción tinglado Puerto de la Luz
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Santa Cruz de Tenerife como paradigma de la arquitectura comercial

La ciudad de Santa Cruz de Tenerife alberga en su entramado urbanístico la principal evolución tipológica de la arquitectura comercial en las Islas Canarias. Su crecimiento poblacional a lo largo los dos últimos siglos obligó a erigir diferentes inmuebles comerciales con una estética acorde al gusto arquitectónico del momento.

Pie de foto: Proyecto de distribución de mercados de Barrio. Archivo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Legajo 573/5 “Informe sobre la reforma y ampliación del Mercado de Nuestra Señora de África”

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El mercado de la Recova

Santa Cruz de Tenerife contó con un mercado fijo desde 1815 en la zona cercana al puerto, hoy desaparecido. En 1847, el Ayuntamiento encargó a Manuel de Oraá un nuevo mercado en la antigua zona del convento de la Consolación y sus huertas cercanas. Este inmueble, que se conocerá popularmente como la recova, fue inaugurado en 1851 y bautizado como Palais Royal por la fórmula arquitectónica que recordaba la escenografía barroca con el pórtico y un gran patio descubierto donde se situaron las lonjas.

Pie de foto: Vista parcial de la Recova Vieja de Santa Cruz de Tenerife.
Pie de foto: Vista parcial de la Recova Vieja de Santa Cruz de Tenerife.
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El Mercado de Hierro

La saturación en la que se veía envuelto el Palais Royal causó que el Ayuntamiento investigara nuevas fórmulas para poder aliviarlo y solicitó al arquitecto Antonio Pintor la construcción de un nuevo inmueble. Se eligieron piezas de hierro a Londres y la estructura se instaló en la Plaza de la Madera sobre un zócalo de cantería como base para las lamas y cubiertas de metal.

Pie de página: Plano del proyecto de reforma para la fachada posterior del Mercado de Nuestra señora de África. Archivo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Legajo 573/5 “Informe sobre la reforma y ampliación del Mercado de Nuestra Señora de África”
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El Mercado Nuestra Señora de África

El Mercado de Nuestra Señora de África surgió en el marco de una política constructiva-propagandística del Mando Económico de Canarias en los primeros años del periodo autárquico tras la Guerra Civil. Este proyecto se encargó en el año 1942 al arquitecto José Enrique Marrero Regalado y estuvo determinado por el gran crecimiento poblacional que se vivió en Santa Cruz de Tenerife por el éxodo desde las zonas rurales a las ciudades.

Pie de página: Plano del proyecto de reforma para la fachada posterior del Mercado de Nuestra señora de África. Archivo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Legajo 573/5 “Informe sobre la reforma y ampliación del Mercado de Nuestra Señora de África”
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Las Palmas de Gran Canaria: Una capital comercial

El crecimiento poblacional que estaba sucediendo en la ciudad de Las Palmas a mediados del siglo XIX, ocasionó la creación de una zona comercial junto al barrio de Vegueta. A finales del siglo XIX, esto sucedió alrededor del Puerto que, motivado por su lejanía con Vegueta, provocó la construcción de otros inmuebles comerciales como el mercado del Puerto de La Luz y, ya a mediados del siglo XX, el Mercado Central.

Pie de foto: Postal con la representación del Puente de piedra, Teatro, tinglados y Mercado de Vegueta. Charles Nanson. Archivo de fotografía histórica. FEDAC-Cabildo de Gran Canaria.
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El mercado de Las Palmas

En 1849, Manuel Ponce de León presentó un proyecto de mercado que fue aprobado con rapidez. A raíz de esta idea, este se remitió a Manuel de Oraá, quien varió su portada principal donde destacaba el frontispicio, aportando un aire más ecléctico, pero la falta de recursos y problemas de entendimiento entre el arquitecto y el Ayuntamiento hizo que el proyecto de Oraá no se realizase por completo. El inmueble final fue encargado a maestros de obra locales quienes elaboraron un inmueble orientado al original de Manuel Ponce de León

Pie de foto: Vista del Puente de Palo que cruzaba el barranco Guiniguada, antigua fachada del Mercado de Vegueta y tinglado para pescadería. Fotografía realizada por Luis Ojeda Pérez. Archivo de fotografía histórica. FEDAC-Cabildo de Gran Canaria.
Pie de foto: Tinglado para la pescadería. Fotografía perteneciente al archivo de El Museo Canario
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Para la venta de pescado y carne, se precisaron dos inmuebles anexos al Mercado principal. El proyecto de pescadería lo inició Manuel Ponce de León aprovechando la utilización de los nuevos materiales y siguiendo las líneas arquitectónicas de un quiosco. El arquitecto José Antonio López Echegarreta exprimió esta idea y lo adaptó a las normativas de las Academias de Arquitectura.


Pie de foto: Mercado de Vegueta y pescadería. Fotografía de Luis Ojeda Pérez. Archivo de fotografía histórica. FEDAC-Cabildo de Gran Canaria.
Pie de foto: Proyecto realizado entre los años 1870 y 1876 para la creación de un tinglado de hierro dedicado para pescadería. Fuente: Archivo Histórico Provincial de las Palmas de Gran Canaria. Fondo Obras Públicas. Legajo 7, expediente 101. Proyecto para una nueva pescadería.
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El mercado del Puerto de la Luz

El Mercado del Puerto de la Luz nació suscitado por el auge poblacional que estaba teniendo la zona del puerto con las construcciones de viviendas de los trabajadores del puerto y la urbanización del lugar como zona de segundas viviendas cercanas a la playa de Las Canteras. En 1891, el arquitecto Laureano Arroyo planteó un tinglado de hierro fundido y con un aire exótico, como en las ciudades europeas, pero no pudo hacerse por el alto coste. Ante la mejora económica y el auge en la moda de la utilización del hierro en viviendas y locales, en 1908 se erigió el proyecto retomando la idea original.


Pie de foto: Fachada principal del Mercado del Puerto de la Luz realizada por Kurt Herrmann. C. 1915-1920. Archivo de fotografía histórica. FEDAC-Cabildo de Gran Canaria.
Pie de foto: Proyecto realizado entre los años 1870 y 1876 para la creación de un tinglado de hierro dedicado para pescadería. Fuente: Archivo Histórico Provincial de las Palmas de Gran Canaria. Fondo Obras Públicas. Legajo 7, expediente 101. Proyecto para una nueva pescadería.
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El mercado Central

Este mercado fue construido en 1956. Su nombre de “central” se debe a su ubicación, en la intersección entre las actuales calle Galicia y calle Néstor de la Torre, una zona estratégica equidistante de los principales núcleos de la ciudad; pero sobre todo al propósito de convertirlo en un centro central de abastecimiento que cubriera la demanda social del momento. Hasta la creación en 1981 de Merca Las Palmas, cumplió su función. Otro mercado importante es el de Altavista, creado en 1970.


Pie de foto: Fotografía procedente del Archivo de El Museo Canario.
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Santa Cruz de La Palma

Durante el siglo XIX se proyectaron varios inmuebles para mercados de los que solo conservamos el de Santa Cruz de La Palma. Tras el incendio del antiguo Hospital de los Dolores en 1827 y la desamortización por la que se vio afectada la iglesia, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma utilizó este lugar para la creación de entidades públicas como el Teatro y el Mercado de Abastos. El proyecto del mercado fue encargado en el año 1886 al maestro de obras local Felipe de Paz Pérez

Pie de foto: Exterior e interior del Mercado de Santa Cruz de La Palma. Colección Alberto Darias Príncipe.
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San Cristóbal de La Laguna

Los textos del Cabildo informan de la continua presencia de mercados o de espacios habilitados para ellos en diversos puntos de la ciudad desde los primeros momentos de la ciudad. El más importante fue históricamente la plaza del Adelantado, centro de la actividad social y comercial.

Pie de foto: Fotografía del antiguo mercado de San Cristóbal de La Laguna junto a la ermita de San Miguel.

Tras varios intentos de construcción de un mercado para la ciudad de San Cristóbal de La Laguna desde el año 1801, se plantearon diferentes proyectos de inmuebles en el interior de los graneros municipales situados en la plaza del Adelantado. Tras su incendio y completa ruina, en 1881 se da visto bueno al definitivo proyecto del arquitecto Vicente Armiño. Se utilizaron los materiales propios de la isla como la cantería de piedra, ladrillo y madera de Tea, pero se introdujo en su composición los nuevos materiales como el hierro fundido para puertas y remates.

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Debido al crecimiento poblacional de la urbe en el siglo XX y el deterioro de la estructura de Vicente Armiño, se decidió demoler el inmueble y solicitar a Tomás Machado un nuevo proyecto en 1944. Se elaboró en estilo neocanario con grandes arcos de medio en toda la fachada y un gran “arco de Triunfo” en cantería y rematado con el escudo de la ciudad

Proyecto de Tomás Machado en 1944 para un nuevo mercado para san Cristóbal de La Laguna. Archivo Municipal de San Cristóbal de La Laguna. Fondo Obras Públicas. Legajo 2854-1. Proyecto de Nuevo Mercado para San Cristóbal de La Laguna
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El mercado de Arrecife

El crecimiento poblacional de mediados del siglo XIX de Arrecife suscitó la necesidad de erigir un lugar que tuviese las condiciones higiénicas para la venta de los alimentos. Por ello, se solicitó a Manuel de Oraá la construcción de un inmueble el cual fue el primer mercado de la isla de Lanzarote al que toda la población de la isla acudía. Su acceso se situaba en la calle Manual de Miranda, a donde se accedía a un patio central que no solo sirvió de mercado, sino de otras actividades, como luchadas y ferias ganaderas. Fue cerrado y parcialmente demolido a finales del siglo XX y recientemente rehabilitado como espacio de ocio.

Pie de foto: Interior del mercado de Arrecife. Fotografía procedente del archivo de El Museo Canario.
Pie de foto: Interior del mercado de Arrecife con un grupo de campesinas cargando los burros. Fotografía realizada por Teodoro Maisch. Archivo de Fotografía Histórica de Canarias. FEDAC- Cabildo de Gran Canaria
Visa interior del mercado de Arrecife y tuneras. fotografía de Néstor Gómez Arroyo. Archivo de Fotografía Histórica de Canarias. FEDAC- Cabildo de Gran Canaria.
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El mercado de Arucas

El arquitecto Antonio López Echegarreta fue el encargado de hacer el mercado de Arucas a la vez que erigía el inmueble que albergaría el ayuntamiento del municipio. Se aprobó en 1879, siendo este el segundo mercado construido en Gran Canaria tras el mercado de Vegueta.

Pie de foto: Antiguo mercado en la plaza de Arucas. Archivo de fotografía histórica. FEDAC-Cabildo de Gran Canaria.

Mercado de Puerto del Rosario

Tras la visita de Franco a Puerto de Cabras el 28 de octubre de 1950, se creó el Decreto Ley de 11 de diciembre de 1950 por el que se creaba un Plan de Adopción para las islas de Fuerteventura y El Hierro. Entre las obras proyectadas para la mejora de infraestructuras de Puerto de Cabras se incluyó una Plaza de Abastos. Este inmueble siguió la estética neocanaria con un gran atrio de entrada con tres arcos de medio punto, con cubierta de tejas árabes a una agua y coronada con un frontón curvo. Este atrio está flanqueado por dos grandes cuerpos a modo de acuartelamiento. En el año 1963 se rehabilitó con nuevas instalaciones en su planta baja mejorando el acceso y la venta de los productos.

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Otros mercados importantes

A lo largo del siglo XX, fueron erigiéndose otros inmuebles destinados a mercados en aquellos pueblos y ciudades de mayor densidad poblacional, muchos de los cuales siguen albergando los mercados de abastos locales. En otras villas, fueron también populares mercados efímeros, creados en días específicos de la semana o con motivo de diversos festejos.

Pie de foto: Mercado en la plaza de San Gregorio, Telde. Archivo de fotografía histórica. FEDAC-Cabildo de Gran Canaria.
Pie de foto: Mercado de Santa María de Guía. Archivo de fotografía histórica. FEDAC-Cabildo de Gran Canaria.
Pie de foto: Mercado de Teror. Archivo de fotografía histórica. FEDAC-Cabildo de Gran Canaria.
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Los mercados tradicionales de Canarias en la actualidad

Canarias cuenta en la actualidad con una gran cantidad de instalaciones comerciales por todo el archipiélago. Aunque algunos de estos están en inmuebles históricos, la mayor parte ha surgido en fechas recientes. Estos lugares siguen siendo espacios de referencia para la población local y un punto de encuentro de carácter social y gastronómico.

Sin lugar a dudas, nuestros mercados y mercadillos son un pilar esencial para impulsar un desarrollo económico sostenible y alcanzar la soberanía alimentaria. El acto de acudir a estos espacios para adquirir productos frescos, locales y de proximidad, así como elaboraciones artesanales de diversa tipología, procedentes de nuestro entorno cercano, contribuye decisivamente a la sostenibilidad ambiental, social y económica de nuestros territorios.