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BOC-A-2024-072-1274.
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De conformidad con lo establecido en el artículo 29.3 de la Ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias, se hace público que, con fecha 21 de febrero de 2024, la Sra. Directora Insular de Planificación Territorial, Paisaje y Patrimonio Histórico dictó la siguiente resolución:
Visto el expediente n.º E2023002023, relativo a la solicitud de incoación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), a favor de la Técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava y, teniendo en cuenta los siguientes
ANTECEDENTES
Primero.- Con fecha 2 de marzo de 2023, el Ayuntamiento de La Orotava presenta solicitud, acompañada de Memoria, informes jurídico y técnico y Acuerdo Plenario, relativa a la incoación de expediente de declaración de BIC a favor de la Técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava.
Segundo.- Por parte de la Unidad Técnica del Servicio Administrativo de Patrimonio Histórico se emitió informe al respecto, el día 1 de diciembre de 2023, exponiendo entre otros, lo siguiente:
“(…)
Primero.- Documentación.
La documentación presentada consiste en una detallada Memoria en la que se explican las características de esta técnica agrícola, sus orígenes históricos, la descripción detallada de la técnica, así como los valores agrarios, simbólicos y patrimoniales que se reconocen en ella.
Asimismo, se acompaña de un informe histórico y descriptivo elaborado por el propio Ayuntamiento de La Orotava, que comprende un informe suscrito por técnico especialista en el que se describe la citada técnica del cultivo de la viña.
Segundo.- Consideraciones.
* Definición de la técnica de conducción del cultivo de la viña en cordón trenzado del Valle de La Orotava.
Esta técnica se define como el sistema de conducción de la vid a través de la cual se conforman largas parras con los sarmientos de diferentes añadas entrelazados entre sí. Estas formaciones se atan con fibras vegetales o sintéticas para formar un cordón levantado del suelo unos 60-80 cm, utilizando para ello horquetas de madera o hierro. El proceso de atado o amarrado del cordón es la tarea esencial de este sistema de cultivo de la viña y se ejecuta arqueando las varas después de la poda con el objetivo de mantener su forma y dirección. Este método es el que dota a las parras de su forma única y diferencial, siendo considerada una práctica cultural inmaterial de gran singularidad que se ejecuta exclusivamente en el Valle de La Orotava (Tenerife).
En este sentido, cabe destacar la trascendencia alcanzada por el cultivo de la vid en la evolución socioeconómica del Valle de La Orotava a lo largo de su historia, con especial incidencia en la localidad homónima, así como la repercusión de aquel en la configuración de su paisaje a través de los siglos. Este papel destacado convierte a las técnicas y sistemas empleados en su desarrollo en conocimientos y saberes tradicionales arraigados en la memoria colectiva de un territorio caracterizado por su acentuado sustrato agrario y, por ende, constituye parte importante del legado cultural transmitido por las sucesivas generaciones de habitantes de la comarca.
(…)
La singularidad de la técnica del cordón trenzado no solo reside en su limitado marco de desarrollo, enmarcado en el Valle de La Orotava, sino también por su propia morfología diferenciada de otros sistemas de conducción de la viña en las Islas (parral bajo, en vaso, espaldera, etc.) y fuera de ellas, dejando al mismo tiempo un paisaje cultural asociado igualmente singular.
La técnica de conducción del cultivo de la viña en cordón trenzado del Valle de La Orotava ha sido protegida, custodiada, reproducida y transmitida durante generaciones por las personas que cultivan la vid en el Valle, constituyendo un elemento fundamental del paisaje agrario y rural de sus zonas de medianías y un elemento clave de la identidad cultural de los municipios de La Orotava, Los Realejos y Puerto de la Cruz.
La propia imagen del cordón y de su singular paisaje cultural se ha conformado como un elemento simbólico de gran valor para el conjunto del Valle de La Orotava, convirtiéndose en un símbolo de la cultura del vino en este ámbito geográfico. En la actualidad, el cultivo en cordón trenzado es visto por una amplia mayoría de personas como un símbolo de la tradición vinícola de esta zona de la isla, de la tradición asociada a su elaboración y del alto valor que se otorga al mantenimiento del paisaje cultural agrícola asociado. Tal es así, que ese simbolismo ha llevado a que muchas bodegas pongan en valor el vino a partir de cepas en cordón, creando referencias específicas, y que tanto el Consejo Regulador como los Ayuntamientos del Valle llevan años llevando a cabo acciones de visibilización y puesta en valor de esta técnica. Con todo, ese simbolismo se ha traducido en valor identitario, y viceversa, siendo uno de los elementos que mejor caracterizan al paisaje agrario del Valle y su dimensión cultural.
Otros aspectos que resaltan el valor patrimonial de la técnica son:
- Su antigüedad, al ser una técnica de cultivo probablemente del siglo XVI.
- Su permanencia, al haberse mantenido sin interrupción hasta la actualidad.
- La implicación de la comunidad, ya que las personas que cultivan la viña a través de esta técnica singular la han custodiado y transmitido de generación en generación.
- Su valor etnográfico, al contribuir a proteger y difundir determinadas prácticas y tradiciones vinculadas a la naturaleza y a la interacción de las personas con el paisaje.
El sistema de cordón no solo constituye un método práctico que confiere al Valle un elevado valor ambiental desde un punto de vista paisajístico, sino que se trata, del mismo modo, de un procedimiento que forma parte fundamental de su patrimonio y de su identidad, como práctica, cocimiento y saber tradicional propio que, sin embargo, se ve amenazado por la introducción de sistemas de conducción de la viña menos laboriosos. En cualquier caso y, por fortuna, continúa erigiéndose en el sistema preponderante en la actualidad, empleándose en más del 70% de las viñas que actualmente se encuentran en explotación, generando un paisaje agrícola funcional cuya imagen no ha variado durante más de trescientos años.
(…)
Tercero.- Conclusión.
A la vista de la documentación presentada, se concluye que la misma es suficiente y se estima que cumple con todos los requisitos establecido en la Ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias. No se aporta una relación de firmantes que suscriban la solicitud de incoación del expediente de referencia, que sería una exigencia más propia de las actividades festivas, de carácter popular y multitudinario, por lo que, atendiendo a su carácter de técnica de cultivo tradicional, se entiende que ese apoyo popular no resulta necesario en este caso.
Asimismo, y visto el contenido de la documentación presentada, el técnico que suscribe informa favorablemente la solicitud por estimar que la Técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava se erige en una técnica de cultivo especialmente singular con implicaciones patrimoniales, simbólicas, etnográficas, de paisaje y de participación de la comunidad.
Por todo lo anterior se entiende justificada la incoación de expediente de declaración de Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial, en la categoría de Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza, el cielo y el mar, a favor de la Técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava.”
Tercero.- Asimismo, la referida Unidad Técnica de Patrimonio Histórico remite, con fecha 1 de diciembre de 2023, corregido con fecha 16 de febrero de 2024, escrito con los siguientes datos: descripción, datos históricos, justificación del interés cultural del bien y elementos esenciales.
Cuarto.- Consta escrito de la Unidad Técnica del Servicio Administrativo de Patrimonio Histórico, de fecha 16 de febrero de 2024, en el que, en relación con el informe de fecha 1 de diciembre de 2023, señala que:
“En relación con el informe emitido por esta Unidad Técnica, de fecha 1 de diciembre de 2023, respecto a la propuesta de incoación de BIC a favor de la Técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava (expte. 2023 2023), y habiendo valorado la propuesta del Ayuntamiento de La Orotava (que figura en la solicitud), se entiende más adecuada incluirla en la categoría de “Técnicas artesanales tradicionales”, más que en la de “Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza, el cielo y el mar”. En realidad, no existe en la Ley 11/2019, de Patrimonio Cultural de Canarias, ninguna categoría de BIC de carácter inmaterial que se ajuste de manera precisa a una técnica agrícola como la que nos ocupa. Por ello, se entiende que todas ellas es la de “técnica artesanal tradicional” la que mejor se adapta a las características de la práctica que nos ocupa, aunque no sea una técnica artesanal stricto sensu.”
CONSIDERACIONES JURÍDICAS
Primera.- El artículo 27 de la Ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias (en adelante, LPCC), establece que la declaración de Bien de Interés Cultural requerirá la previa incoación y tramitación del correspondiente procedimiento administrativo, pudiendo adoptarse el oportuno acuerdo a instancia de otra Administración Pública, tal y como ocurre en el presente supuesto.
Segunda.- Por su parte, el artículo 28.2 de la LPCC dispone que el inicio del procedimiento de declaración de un Bien de Interés Cultural determinará la aplicación transitoria del mismo régimen de protección previsto para los bienes ya declarados y, según lo regulado en el apartado 5 de dicho precepto, este inicio se deberá anotar con carácter preventivo en el Registro de Bienes de Interés Cultural por el departamento de la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de Canarias competente en materia de patrimonio cultural, que lo comunicará al Registro de Bienes de Interés Cultural dependiente de la Administración General del Estado.
Tercera.- En cuanto a la notificación y publicación de la resolución por la que se inicia el procedimiento, debe tenerse en cuenta que, de acuerdo con lo previsto en el artículo 29.4 de la LPCC, cuando se trate de patrimonio inmaterial, será suficiente la publicación de su inicio en el Boletín Oficial de Canarias.
Cuarta.- Tal y como prevé el artículo 30.1 de la LPCC, la tramitación del procedimiento incluirá audiencia a las personas interesadas y se someterá a información pública, debiendo recabarse, asimismo, el dictamen de, al menos, dos de las instituciones consultivas previstas en dicha ley.
Quinta.- La LPCC, en su artículo 106, señala que: “tendrán la consideración de patrimonio cultural inmaterial, los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural y, en particular, a título meramente enunciativo, los siguientes:
(…)
i) Las técnicas artesanales tradicionales”.
Por su parte, y según lo dispuesto en el artículo 23 de la LPCC, los bienes inmateriales que componen el patrimonio cultural de Canarias podrán ser declarados de interés cultural con arreglo a alguna de las categorías indicadas en dicho precepto, entre la que se encuentra la denominada “técnicas artesanales tradicionales”.
Sexta.- De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 16.a), 27.2 y 30.1 de la LPCC, le corresponde a este Cabildo Insular de Tenerife la competencia para incoar e instruir el presente procedimiento.
Séptima.- De conformidad con lo dispuesto en el acuerdo del Consejo de Gobierno Insular de 5 de julio de 2023 y en el Decreto de la Sra. Presidenta de la Corporación de 28 de julio de 2023, el órgano competente para conocer del presente asunto es la Dirección Insular de Planificación del Territorio, Paisaje y Patrimonio Histórico.
Es por lo que, conforme al informe-propuesta de fecha 19 de febrero de 2024,
RESUELVO:
Primero.- Incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural inmaterial, con la categoría de “técnica artesanal tradicional”, a favor de la Técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava, de acuerdo con el mencionado informe y la documentación aportada por la Unidad Técnica del Servicio Administrativo de Patrimonio Histórico.
Segundo.- Continuar la instrucción y tramitación del procedimiento de acuerdo con las disposiciones vigentes.
Tercero.- Notificar la presente Resolución al Ayuntamiento de La Orotava y a la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias.
Cuarto.- Publicar esta Resolución en el Boletín Oficial de Canarias.
Santa Cruz de Tenerife, a 1 de marzo de 2024.- El Consejero Insular del Área de Presidencia, Administración y Servicio Público, Planificación Territorial y Patrimonio Histórico, José Miguel Ruano León.
ANEXO
DATOS SOBRE EL BIEN OBJETO DE DECLARACIÓN
Expediente: Bien de Interés Cultural.
Categoría: Técnicas Artesanales Tradicionales.
A favor de: Técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava.
Municipios: La Orotava, Puerto de la Cruz, Los Realejos.
Descripción:
Esta técnica se define como el sistema de conducción de la vid a través de la cual se conforman largas parras con los sarmientos de diferentes añadas entrelazados entre sí. Estas formaciones se atan con fibras vegetales o sintéticas para formar un cordón levantado del suelo unos 60-80 cm, utilizando para ello horquetas de madera o hierro. El proceso de atado o amarrado del cordón es la tarea esencial de este sistema de cultivo de la viña y se ejecuta arqueando las varas después de la poda con el objetivo de mantener su forma y dirección. Este método es el que dota a las parras de su forma única y diferencial, siendo considerada una práctica cultural inmaterial de gran singularidad que se ejecuta exclusivamente en el Valle de La Orotava (Tenerife).
En este sentido, cabe destacar la trascendencia alcanzada por el cultivo de la vid en la evolución socioeconómica del Valle de La Orotava a lo largo de su historia, con especial incidencia en la localidad homónima, así como la repercusión de aquel en la configuración de su paisaje a través de los siglos. Este papel destacado convierte a las técnicas y sistemas empleados en su desarrollo en conocimientos y saberes tradicionales arraigados en la memoria colectiva de un territorio caracterizado por su acentuado sustrato agrario y, por ende, constituye parte importante del legado cultural transmitido por las sucesivas generaciones de habitantes de la comarca.
El cordón se forma introduciendo la vara de siembra a pie franco en el terreno y trenzando las varas ramificadas según se va desarrollando la cepa año tras año. El cordón se levanta del suelo unos 60-80 cm a través del uso de horquetas. Inicialmente estas eran de madera procedente de la laurisilva, pero, con el tiempo, la imposibilidad de obtener dicha madera y la durabilidad de otros materiales hizo que se sustituyeran por horquetas de hierro. Por último, los cordones resultantes pueden alcanzar hasta los quince metros sobre el terreno.
La viña en cordón está formada en su mayoría por cordones simples (en una sola dirección) aunque existen parcelas con cordones dobles, dirigiendo la misma vara en dos direcciones, en forma de V u opuestos.
La orientación de los cordones es generalmente de norte a sur, con el objetivo de que la masa foliar reciba la mayor cantidad posible de luz, aunque podría variar dependiendo de varios factores como la situación y distribución de la parcela, el relieve o los cultivos asociados.
No existe un marco de plantación puro, definido o estándar. La distancia entre cordones se sitúa entre los 0,80 y los 3 metros. La distancia entre pasillos también es variable, oscilando entre el metro y los 5 metros.
Según el último mapa de cultivos del Gobierno de Canarias, referidos a la campaña 2015-2016, en el Valle de La Orotava existen 370,61 ha dedicadas a la viña. Se estima que en torno al 85% de esa viña se cultiva en cordón trenzado, siendo el sistema de conducción mayoritario.
Datos históricos:
El predominio de la vid en todo el Valle de La Orotava ilustra una imagen habitual hasta el siglo XVIII, cuando el mercado del vino malvasía, principal mercancía de exportación, entró en crisis. Sus uvas generaban un vino de alta graduación muy cotizado en los mercados del norte de Europa y Estados Unidos como aperitivo dulce. Sin embargo, se vio afectado por los cambios operados en los mercados internacionales que obligaron a disminuir su elaboración. Las cepas de uva malvasía fueron sustituidas, entonces, por el vino vidueño, una bebida de mesa elaborada con uvas blancas, con la que se pretendió mantener el nivel de exportación anterior, especialmente hacia Estados Unidos. Sin embargo, durante el siglo XIX también entraría en crisis, lo que obligó a buscar un producto alternativo.
Desde entonces, el cultivo de la viña fue retrocediendo poco a poco hacia la zona de medianías (entre los 400-700 m), reduciendo su producción al consumo local, aunque conservando las técnicas tradicionales del cultivo. En las últimas décadas, el sector vitivinícola local se ha recuperado con una renovada vocación comercial, gracias al impulso derivado de la creación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Valle de La Orotava en 1995, así como por el mantenimiento del cultivo por pequeños y medianos propietarios.
No existe un consenso entre los investigadores sobre el cuándo y el porqué de la aparición de la Técnica de conducción de la viña en Cordón Trenzado en el Valle de La Orotava. Sin embargo, la mayoría parece esgrimir dos causas principales sobre su origen, o bien por la combinación de ambas propuestas.
Por una parte, unos sostienen que la técnica estaría ligada a la introducción de la de uva malvasía, ya que esta variedad necesita de unas podas largas para ser productiva, por lo que el cordón se convierte en una forma idónea para mantener la cantidad y longitud suficiente de las varas.
Por otra parte, algunos investigadores opinan que, dada la orografía del terreno, la singularidad de las terrazas y las pendientes de las huertas de cultivo, se llegó a la formación del cordón, porque este cubría una amplia superficie. Además, la capacidad de los cordones para ser recogidos hacia los laterales de las fincas, dejaban el terreno tras la vendimia aprovechable para otros cultivos (las papas, principalmente), lo que significaba un complemento para los viticultores durante el periodo de parada del cultivo principal.
En cuanto a momento exacto de su aparición, los testimonios como los de Viera y Clavijo (y otros que se detallan más adelante) demuestran que, al menos desde el siglo XVIII, se practica la Técnica de conducción del Cordón Trenzado en el Valle de La Orotava, aunque todo apunta Valores a un momento incluso anterior.
Justificación del interés cultural del Bien:
La singularidad de la Técnica del Cordón Trenzado no solo reside en su limitado marco de desarrollo, enmarcado en el Valle de La Orotava, sino también por su propia morfología diferenciada de otros sistemas de conducción de la viña en las Islas (parral bajo, en vaso, espaldera, etc.) y fuera de ellas, dejando al mismo tiempo un paisaje cultural asociado igualmente singular.
La Técnica de conducción del cultivo de la viña en Cordón Trenzado del Valle de La Orotava ha sido protegida, custodiada, reproducida y transmitida durante generaciones por las personas que cultivan la vid en el Valle, constituyendo un elemento fundamental del paisaje agrario y rural de sus zonas de medianías y un elemento clave de la identidad cultural de los municipios de La Orotava, Los Realejos y Puerto de la Cruz.
La propia imagen del cordón y de su singular paisaje cultural se ha conformado como un elemento simbólico de gran valor para el conjunto del Valle de La Orotava, convirtiéndose en un símbolo de la cultura del vino en este ámbito geográfico. En la actualidad, el cultivo en cordón trenzado es visto por una amplia mayoría de personas como un símbolo de la tradición vinícola de esta zona de la isla, de la tradición asociada a su elaboración y del alto valor que se otorga al mantenimiento del paisaje cultural agrícola asociado. Tal es así, que ese simbolismo ha llevado a que muchas bodegas pongan en valor el vino a partir de cepas en cordón, creando referencias específicas, y que tanto el Consejo Regulador como los Ayuntamientos del Valle llevan años llevando a cabo acciones de visibilización y puesta en valor de esta técnica. Con todo, ese simbolismo se ha traducido en valor identitario, y viceversa, siendo uno de los elementos que mejor caracterizan al paisaje agrario del Valle y su dimensión cultural.
Otros aspectos que resaltan el valor patrimonial de la técnica son:
- Su antigüedad, al ser una técnica de cultivo probablemente del siglo XVI.
- Su permanencia, al haberse mantenido sin interrupción hasta la actualidad.
- La implicación de la comunidad, ya que las personas que cultivan la viña a través de esta técnica singular la han custodiado y transmitido de generación en generación.
- Su valor etnográfico, al contribuir a proteger y difundir determinadas prácticas y tradiciones vinculadas a la naturaleza y a la interacción de las personas con el paisaje.
El sistema de cordón no solo constituye un método práctico que confiere al Valle un elevado valor ambiental desde un punto de vista paisajístico, sino que se trata, del mismo modo, de un procedimiento que forma parte fundamental de su patrimonio y de su identidad, como práctica, cocimiento y saber tradicional propio que, sin embargo, se ve amenazado por la introducción de sistemas de conducción de la viña menos laboriosos. En cualquier caso y, por fortuna, continúa erigiéndose en el sistema preponderante en la actualidad, empleándose en más del 70% de las viñas que actualmente se encuentran en explotación, generando un paisaje agrícola funcional cuya imagen no ha variado durante más de trescientos años.
Elementos esenciales:
Se refieren básicamente a las labores concretas del cultivo y los pasos que conforman su ejecución, así como los materiales y las herramientas empleadas:
- Plantación:
Existen dos modos principales de plantación:
• Pie franco: técnica por la que se sumerge en agua durante varios días un sarmiento, para luego plantarlo directamente en la tierra. Se introduce el sarmiento de tal manera que queden enterrados varios nudos de los que saldrán las raíces.
• Margullir: se toma de una cepa una vara larga sin cortar y se soterra para que de los nudos bajo tierra broten sus propias raíces y obtener una nueva planta. Ambos procedimientos se realizan en los meses de invierno.
- Poda:
Se realiza en dos fases:
• Limpieza o prepoda: se ejecuta limpiando todo aquello que no interesa para una adecuada productividad o formación del cordón, eliminándose varas viejas, enfermas, débiles o mal situadas y restos de amarres y de podas anteriores. Se realiza entre los meses de noviembre y diciembre.
• Poda: aunque cada podador pudiera tener un estilo propio se diferencian tres maneras básicas: se dejan tres o cuatro varas o más con cuatro yemas fértiles. Se cortan dos varas a lo largo del cordón, quedando la cepa cubierta por las mismas desde el tronco a la punta, procurando que las varas se vayan solapando una sobre otra. Se deja una sola vara a continuación de la otra, quedando la parra cubierta de atrás a delante, mostrando un cordón simple. La poda de la viña es un paso esencial para forjar el esqueleto del sistema de conducción en cordón, que, con el amarre, adquiere su forma definitiva.
- Amarrado o atado:
Se ejecuta sujetando las varas dejadas en la poda con el resto de maderas de años anteriores, al tiempo que se le da forma de cordón trenzado a la cepa. Esta labor se lleva a cabo recién se ha realizado la poda y antes que las yemas empiecen a brotar para evitar que se partan. Los materiales tradicionales empleados para el amarrado o atado son la badana y el junquillo. En la actualidad, también se emplean materiales sintéticos como la rafia. Lo nudos para realizar el atado del cordón deben terminar en la parte superior y se cortan los extremos al mismo nivel, procurando que no estrangulen nunca al sarmiento.
- Barriado:
Es el proceso de colocación de las horquetas enterradas en el suelo y separadas a una distancia aproximada de un metro para sujetar las cepas. El hoyo para clavar la horqueta se ejecuta con una barra de hierro, de ahí el término barriar o barriado. Su función es mantener las parras levantadas del suelo, hacer de guía y soportar el peso de los racimos.
- Despampanado, despunte y desnietado:
Hay varias labores que, si bien no son esenciales para la formación del cordón trenzado, si lo son desde el punto de vista de la productividad y de la tradición de las labores en la viña. El despampanado se realiza eliminando los brotes no productivos, mal situados o mal nacidos en maderas viejas antes de que se desarrollen, evitando que la viña utilice recursos innecesarios produciendo follaje inútil. Con el despunte se elimina el extremo del pámpano en crecimiento para favorecer el movimiento de la savia. A la labor de eliminación de los nietos, o brotes, que se producen en la inserción de la hoja del pámpano se llama desnietado, lo que mejora el movimiento de la savia y favorece el cuajado del racimo y su ventilación. Estas labores se ejecutan en primavera.
- Remangado:
Se atan las varas despuntadas y ya con racimos al resto de pámpanos del cordón, al mismo tiempo que se colocan esos racimos bien orientados al sol y se eliminan las hojas que los rodean. Esta tarea se realiza comenzando desde la punta de la parra avanzando hacia el tronco y utilizando para ello: badana, junquillo y rafia, al igual que en el amarrado. El remangado mejora la ventilación e insolación de los racimos, facilita la vendimia y los movimientos y desplazamientos de las personas entre las cepas.
- Materiales:
Los materiales esenciales que se emplean en la técnica de conducción del cultivo de la viña en cordón trenzado en el Valle de La Orotava son los materiales para ejecutar el amarrado o atado, es decir, badana, junquillo o rafia, y las horquetas que sujetan el cordón, que pueden ser de madera o de hierro.
- Herramientas:
Las herramientas empleadas en el sistema de conducción del cordón trenzado son:
• Azada, guataca o sacho: es usada para encamellonar, que es la tarea de formar surcos para retener el agua de las lluvias invernales.
• Azada gavilán: usada para la eliminación de malas hierbas.
• Barra de hierro: usada para el barriado: reposición de horquetas. Con la barra de hierro se agujerea el terreno para clavar la horqueta. También se usa la parte posterior de la herramienta para acuñar, que es la acción de golpear la horqueta en su extremo para introducirla en el terreno.
• Podona: herramienta acerada con corte curvo y mango corto de madera, que se emplea para podar, rozar o segar.
• Serrote de poda: herramienta de hoja larga, ancha, dentada, ligeramente curva y con mango en la parte más ancha. Puede tener diversos tamaños. Se usa generalmente en la prepoda para cortar sarmientos secos.
• Tijeras de mano: para la poda y eliminación de atados antiguos.
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