Los catorce días considerados como fiestas laborales constituyen un mínimo de derecho necesario. En la medida en que la regulación de las fiestas laborables se incardina en la materia laboral, ha de garantizarse la uniformidad de su aplicación en cuanto afecta a los elementos esenciales del contrato de trabajo. A tal efecto, han de coordinarse los calendarios laborales de las distintas Comunidades Autónomas para evitar, de un lado, que los derechos laborales puedan verse afectados en lo que a la igualdad en su disfrute se refiere y, de otro, los efectos negativos que sobre las relaciones económicas pudiera originar la descoordinación de los calendarios laborales. En esta circunstancia viene justificada la oportunidad del presente proyecto por la necesidad de fijar los días de fiesta cada año en la Comunidad Autónoma de Canarias y comunicarlo al Ministerio de Trabajo y Economía Social, con anterioridad al día 30 de Septiembre, a fin de que por dicho Departamento se proceda a dar publicidad a las mismas a través del Boletín Oficial del Estado.