Las actividades turísticas propuestas en el parque nacional deben proporcionar al visitante un adecuado conocimiento, generar una actitud favorable a la conservación de los valores naturales y facilitar el disfrute del mismo.
Dichas actividades se desarrollan en las áreas previstas en el Plan Rector de Uso y Gestión. Entre estas áreas se encuentran:
En Lanzarote, la adaptación de los cultivos al medio ha sido un gran reto a lo largo de la historia. Los habitantes de la isla vieron como tras las erupciones sus cosechas fueron cubiertas por la ceniza del volcán, pero después observaron como las plantas medio enterradas crecían más fuertes debido a la gran capacidad de absorción de humedad del lapilli o rofe.
En el interior del parque nacional quedan algunas muestras de cultivos tradicionales que los protegen frente al viento mediante la construcción de pequeños muros de piedra alrededor de los cultivos, que son principalmente de higueras y frutales.
El parque nacional permite el mantenimiento de estos cultivos aunque no autoriza el incremento de la superficie cultivable ni el cambio de tipo o forma de cultivo.
La actividad pesquera y el marisqueo han sido prácticas arraigadas en la cultura y la economía de las comunidades que habitan cerca del litoral del Parque Nacional de Timanfaya. Estas actividades se han caracterizado por el empleo de métodos tradicionales transmitidos de generación en generación. Dichas técnicas respetuosas con el entorno no solo garantizan la sostenibilidad de los recursos marinos, sino que también contribuyen a preservar el delicado equilibrio del ecosistema que rodea este espacio natural protegido.
En el caso de Timanfaya, el parque nacional permite la pesca tradicional y el marisqueo en ciertas áreas específicas, siempre que estas prácticas se realicen bajo estrictas normativas que aseguren la protección de su costa.
Timanfaya constituye un lugar idóneo para la investigación. En 1993 se dio un importante paso en el estudio de la vulcanología y de procesos sísmicos dentro del parque nacional con la instalación subterránea de un laboratorio. Aunque no solo se llevan a cabo estudios geológicos, también investigaciones en otros ámbitos como la flora, la fauna, los cultivos tradicionales, el mar y la historia.
Todos los proyectos de investigación deben ser autorizados por la dirección del Parque Nacional mediante la presentación de una memoria que recoja una exposición de motivos, medios a utilizar, zona de actuación y personal que lo vaya a ejecutar, además de un plan de trabajo a desarrollar.
La actividad se solicita a través de la sede electrónica con un mes de antelación como mínimo.
Cuando la Dirección del Parque Nacional autorice un proyecto, el autor deberá remitir una copia de los resultados y conclusiones del mismo, además de una copia de las publicaciones al que éste diese lugar.