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El paisaje vegetal de La Caldera lo conforma un manto de pinar, de gran resistencia, con una elevada capacidad para colonizar con eficacia y rapidez las coladas volcánicas, y adaptado a grandes oscilaciones climáticas. De estructura piramidal en los primeros estadíos de su desarrollo, una vez adquiere una elevada altura toma una forma aparasolado. Aunque aparentemente tiene un aspecto uniforme, el pinar de La Caldera de Taburiente es un pinar con sotobosque, acompañado de diferentes especies dependiendo de la altitud y las condiciones ambientales. En su interior alberga codesos, cedros, brezos, fayas, escobones, tagasastes y una variedad de especies de menor tamaño como amagantes, corazoncillos o gacias. Los escarpes rocosos se cubren de especies capaces de enraizar en las fisuras de las rocas. Bejeques, cerrajones, coles de risco, pimpinelas y cabezotes se combinan con líquenes y briófitos, formando un tapiz verdoso que, en época de lluvias, cubre toda la superficie vertical.
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