Desde el año 1981, en que el Garajonay fue declarado parque nacional, han sido muchas las tareas que se han ido realizando para recuperar los ecosistemas naturales originales a través de los trabajos de Restauración de Áreas Degradadas. Durante más de 25 años se han estado eliminando los pinares plantados en los años sesenta y han sido sustituidos por la vegetación original, el fayal-brezal. El área restaurada es de algo más de 500 hectáreas.
La recuperación de la flora amenazada se ha ido consiguiendo gracias a los conocimientos adquiridos sobre ella tras muchos años de estudios sobre su biología, genética, demografía, etc. En muchas de ellas su reproducción en vivero ha sido todo un éxito y se traduce en amplias reintroducciones en el medio natural. Un buen ejemplo del éxito del Programa de Rescate Genético es el Saúco (Sambucus nigra ssp.palmensis) una de las especies que gracias a los planes de recuperación han logrado recuperar su presencia en el parque. De apenas media docena de individuos se ha pasado a contar con varios cientos.
También la lucha contra las especies exóticas invasoras es uno de los ejes sobre los que se trabaja para recuperar la riqueza y biodiversidad de los ecosistemas que forman parte del parque. Los trabajos se han centrado en dos especies bastante agresivas: la oreja de gato (Tradescantia fluminensis) y en la zona de El Rejo la tunera (Opuntia ficus-indica).
Para gestionar, hay que conocer.
Los estudios e investigaciones llevadas a cabo en Garajonay pueden dividirse en dos campos: la naturaleza y el ser humano. Son numerosos los estudios e investigaciones de los ecosistemas que se han realizado en Garajonay desde que se creó el parque (estudios de flora, hongos, fauna, suelos, meteorología, ecología, biología…). Pero es el Área de Seguimiento Ecológico del parque el que cuenta con un equipo de investigadores que lleva recogiendo datos en más de 100 parcelas del parque desde hace más de 20 años. La información recogida sirve para ver cómo evolucionan los diferentes ecosistemas del monte de forma natural, ya que desde la creación del parque la naturaleza evoluciona, por primera vez, sin interferencias humanas. Desde la llegada de los primeros pobladores, el monte fue aprovechado de una manera u otra. Nuestra generación es la primera que puede conocer el monte gomero en todo su esplendor.
También se ha invertido mucho tiempo y recursos en investigar el uso que los gomeros han dado a su monte desde la prehistoria. No debemos olvidar que gracias al uso que los habitantes de la isla hicieron del monte, hoy podemos presumir de tener un parque nacional que también es Patrimonio Mundial y parte fundamental de la Reserva de la Biosfera insular. De entre todos los estudios, destacan dos: las excavaciones del yacimiento arqueológico localizado en la cumbre del parque y de la isla, el Alto de Garajonay; y el estudio etnográfico sobre los usos tradicionales del monte que tuvo su punto álgido con la realización del documental “La Gomera, una isla que convive con su monte”.
Desgraciadamente los incendios forestales se han cebado en parte del territorio del parque nacional. Se ha hecho imprescindible la implantación de un riguroso plan antierosión, que conlleva tanto la retención del terreno, como la repoblación con especies locales para restaurar la cobertura vegetal.