Uso y explotación del monte

  Uso y explotación del monte

Los sistemas forestales juegan un importante papel en Canarias, no sólo como soporte vital para la diversidad de especies animales y vegetales que conviven en ellos, sino también, por las diferentes funciones ecológicas que realizan, ya sea para prevenir la erosión o para regular los balances hídricos, reduciendo las escorrentías y actuando de pantalla para la captación de las precipitaciones de las nieblas y las brumas.

Sin embargo, la fuerte dependencia que la población canaria tuvo siempre del monte como fuente de recursos básicos para su supervivencia, trajo consigo la sobreexplotación de las masas forestales, que llegó a alcanzar proporciones dramáticas en algunas islas. Las primeras formaciones boscosas que sufrieron este impacto fueron los bosques termófilos, especialmente por la necesidad de leña para alimentar los ingenios de azúcar. Posteriormente, el fenómeno se extendió a los montes de laurisilva y a los pinares, que fueron objeto de talas masivas que los mermaron considerablemente.

Hoy en día, los cambios socio-económicos han derivado en el abandono de las actividades de aprovechamiento forestal del monte para uso doméstico y agrícola-ganadero, lo que sumado a los fenómenos de recuperación natural y a las intensas actividades de reforestación llevadas a cabo desde los años cuarenta del siglo XX, ha traído consigo un importante incremento en la superficie arbolada de las islas.

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