Partículas

¿Qué son?



Las partículas pueden existir en cualquier forma o tamaño y pueden ser partículas sólidas o gotas líquidas. Presentan diversas características físicas, diferentes composiciones químicas y muy variadas fuentes de emisión.

El tamaño de estas partículas existentes en la atmósfera es un factor importante en la determinación tanto de los efectos que producen como de las áreas afectadas ya que establece su tiempo de permanencia en la atmósfera y la manera en la que puede afectar a los seres vivos.

Se pueden clasificar según su tamaño en:

  • Partículas sedimentables. Las partículas mayores de 10 μm permanecen en suspensión en el aire durante períodos de tiempo relativamente cortos. Sus efectos son más acusados en las proximidades de las fuentes que las emiten.
  • Partículas en suspensión. Las partículas de tamaño comprendido entre 10-1μm y 10 μm, tienden a formar suspensiones mecánicamente estables en el aire, pudiendo ser trasladadas a grandes distancias por la acción del viento.

Las partículas en suspensión son aquellas partículas sólidas o líquidas presentes en el aire de tamaño suficiente tal que no se depositen demasiado rápido sobre la superficie. El parámetro PST nos indica el total de partículas en suspensión existentes en la atmósfera, sin matizar el diámetro de dichas partículas.

La Directiva 1999/30/CE del Consejo de 22 de abril de 1999 relativa a los valores límite de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y óxidos de nitrógeno, partículas y plomo en el aire ambiente establece diferencias en las partículas según su diámetro. Así tenemos las siguientes definiciones:

  • PM10: partículas que pasan a través de un cabezal de tamaño selectivo para un diámetro aerodinámico de 10 μm con una eficiencia de corte del 50%.
  • PM2,5: partículas que pasan a través de un cabezal de tamaño selectivo para un diámetro aerodinámico de 2,5 μm con una eficiencia de corte del 50%.
  • PM1: partículas que pasan a través de un cabezal de tamaño selectivo para un diámetro aerodinámico de 1 µm con una eficiencia de corte del 50%.

La composición química de las partículas depende mucho de su origen.  Así las partículas de polvo procedentes del suelo contienen, principalmente compuestos de calcio, aluminio y silicio. Este polvo también puede proceder de emisiones debidas a erupciones volcánicas, incendios forestales, actividades sísmicas o geotérmicas, etc. También hay que considerar como fuentes de emisión de material particulado la resuspensión de las partículas depositadas en el suelo, por efecto del viento. Así también hay que destacar como fuente de emisión de partículas los desiertos, las zonas áridas y en general cualquier superficie que contenga material fragmentado y esté sometido a la acción del viento.

¿Porqué se producen?



La principal generación de partículas debida a la actividad del hombre se basa en la utilización de carburantes para motores en general y aquellas actividades que tienen como consecuencia la fracturación de materiales, canteras, industria del metal, cementeras, etc. El humo procedente de los procesos de combustión de materiales orgánicos y combustibles fósiles como petróleo, madera y residuos domésticos contiene diferentes compuestos orgánicos, al igual que los humos procedentes de industria química o alimentaria.

En la combustión de carbón y gasolinas se liberan como elementos traza metales pesados que pasan a formar parte de las partículas liberadas, generalmente en forma de óxidos metálicos.

¿Cómo nos afectan?



Los efectos en la salud dependen de la concentración de dichas partículas en la atmósfera, del tiempo de exposición, de su composición y de la sensibilidad del individuo. El riesgo de intrusión de partículas al sistema respiratorio depende del tamaño de las mismas. En el tracto respiratorio las partículas de más de diez micras de diámetro no son tan peligrosas. Las comprendidas entre 0.5 y 5.0 micras pueden permanecer en los bronquios pero pocas llegan a los alvéolos, ya que son eliminadas por los cilios. Las partículas que permanecen en los pulmones limitan la capacidad respiratoria.

Las partículas interfieren en la fotosíntesis de las plantas, impidiendo la penetración de la luz solar y perturbando el proceso de intercambio de CO2 en la atmósfera. Además influyen en la temperatura atmosférica por su capacidad de absorber y/o emitir radiación, alteran la cubierta nubosa, y sirven de medio para reacciones químicas.