Dióxido de azufre (SO2)

¿Qué es?


El dióxido de azufre es un gas bastante estable, incoloro, no inflamable y muy soluble en agua. Posee un olor fuerte e irritante para altas concentraciones y para concentraciones mayores que 0.1 ppm se produce una importante reducción de la visibilidad. Tiene una vida media en la atmósfera estimada en días y se combina fácilmente con el agua de la atmósfera dando lugar al ácido sulfúrico, responsable de la lluvia ácida.

 

¿Porqué se produce?


Se produce generalmente en la combustión de carburantes con un cierto contenido en azufre, como carbón, fuel y gasóleos, tratándose de un proceso que se da principalmente en centrales térmicas, procesos industriales, tráfico de vehículos pesados y por calefacciones de carbón y fuel. El dióxido de azufre también se produce en las industrias cementeras, las refinerías de petróleo y en algunas industrias metalúrgicas.

 

¿Cómo nos afecta?


Entre los efectos que produce sobre la salud humana, se encuentra la irritación de ojos, mucosas y piel, y afecciones en el aparato respiratorio, si bien raras veces se llega a las concentraciones necesarias para producir estos efectos.

En general, los compuestos de azufre causan determinados efectos sobre las plantas que varían de unas especies a otras dependiendo de la temperatura, humedad del suelo, la concentración y sinergia de los contaminantes. El más preocupante es el efecto de los compuestos ácidos originados en su deposición húmeda o seca sobre las cubiertas vegetales y suelos.