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Una especie exótica es aquella que ha sido introducida, accidental o intencionadamente, en un territorio en el que no habita de manera natural, ni lo ha hecho en el pasado, ni su área de dispersión natural justifica su presencia en ese lugar.
En ocasiones estas especies exóticas pueden llegar a establecerse, proliferar y propagarse en el territorio donde se han introducido ocasionando daños en el medio ambiente, la biodiversidad, los hábitats naturales nativos, la salud humana o animal, en la agricultura o incluso en distintas infraestructuras públicas o privadas. Es entonces cuando se consideran especies exóticas invasoras (EEI).
La colonización de nuevos territorios y hábitats por parte de los organismos vivos es un proceso natural que se viene llevando a cabo de forma paulatina desde el inicio de la vida en la tierra. Sin embargo en la actualidad, la velocidad, la cantidad, la repetición y la increíble variedad de especies que se trasladan entre diferentes áreas del planeta, alcanza valores inimaginables en comparación a cualquier otra época o periodo anterior. La diversidad, rapidez y alcance de los medios y vías de transporte, junto con el gran incremento del comercio a escala global, hacen que en la actualidad, miles de especies sean trasladadas diariamente entre distintos países y regiones del mundo. Este fenómeno rompe las barreras de aislamiento de muchos ecosistemas y determinando una impredecible crisis de extinción y una homogenización global de la biota.
En medios insulares, el fenómeno de la introducción de especies es el primer factor de pérdida de biodiversidad, ya que se trata de sistemas aislados desde el punto de vista evolutivo y geográfico, que contienen una elevada proporción de endemismos especialmente vulnerables a las alteraciones ambientales.
En Canarias se ha documentado la existencia de, al menos, 1.167 especies de especies de flora y fauna exótica (introducidas seguras según BIOTA*), de las cuales 289 están consideradas invasoras o potencialmente invasoras.