La mejora de la calidad del sistema educativo constituye uno de los soportes básicos de la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de ordenación general del sistema educativo (L.O.G.S.E.), que dedica su Título IV a la calidad, aludiendo expresamente a la evaluación del sistema educativo como uno de los factores que favorecen de manera especial la calidad y mejora de la enseñanza. Asimismo, en el artículo 62.2 de la mencionada Ley se precisa que las Administraciones educativas evaluarán el sistema educativo en el ámbito de sus competencias.
Esta evaluación, tal como se determina posteriormente en el Título III de la Ley Orgánica 9/1995, de 20 de noviembre, de la participación, la evaluación y el gobierno de los centros docentes (LOPEG), se orientará a la permanente adecuación del sistema educativo a las demandas sociales y a las necesidades educativas y deberá aplicarse sobre el alumnado, los procesos educativos, el profesorado, los centros y sobre la propia Administración.
En el contexto del marco normativo de referencia se crea y regula, mediante el Decreto 31/1995, de 24 de febrero, modificado con posterioridad por el Decreto 218/1999, de 30 de julio, el Instituto Canario de Evaluación y Calidad Educativa (ICEC), al que se le encomienda realizar la evaluación del sistema educativo en Canarias, analizar sus resultados y hacer propuestas de mejora, así como informar a la sociedad sobre su funcionamiento. Estos fines genéricos se concretan en funciones específicas, entre ellas, según se establece en el apartado g) del artículo 5 del mencionado Decreto, "elaborar un sistema de indicadores que, teniendo en cuenta la realidad de la Comunidad Autónoma de Canarias, permita valorar la eficacia y eficiencia del sistema educativo".
Este cometido del ICEC deberá constituir una línea de actuación de carácter estable, cuyo objetivo fundamental es definir y construir un sistema de indicadores capaz de proporcionar información sobre el estado de la educación en el ámbito de Canarias, compatible con el modelo estatal de indicadores y los modelos internacionales. Así pues, no se trata de un encargo de temporalidad definida, sino un programa de actuación permanente sujeto a revisión periódica, que propicie la detección de los aspectos deficitarios del sistema de forma que permita poner en práctica medidas correctoras con la finalidad de mejorar la calidad educativa.
Los indicadores son instrumentos que proporcionan información relevante acerca del sistema o de algún aspecto significativo de la realidad educativa; una realidad compleja donde concurren muchos factores y variables, dado lo cual no debe esperarse que los indicadores expliquen todos los aspectos de ese complicado entramado y mucho menos las relaciones de causalidad que se establecen entre sí. Lo que sí parece razonable esperar de los indicadores es que representen de una manera coherente la parcela que abordan de esa realidad y el conjunto de la misma, que destaquen sus puntos fuertes y débiles y que permitan cierto grado de comparación y el estudio de las tendencias principales.
Así entendidos, se considera que los indicadores permiten profundizar en el conocimiento de la problemática educativa, facilitan la interpretación de la misma y proporcionan información para abordar las posibles soluciones de los problemas detectados, convirtiéndose de este modo en instrumentos que pueden desempeñar un papel relevante al abordar el debate educativo desde la objetividad de los datos. En este sentido, los indicadores propuestos pretenden dar no sólo información sobre el sistema educativo en Canarias y sus conexiones con el sistema social y económico, sino servir de referente para alentar la discusión sobre los mismos en los distintos sectores implicados. De este modo, pueden dar respuesta a uno de los objetivos de las políticas educativas que es tratar de comprender, explicar y representar qué ocurre en el sistema educativo para adecuarlo a las necesidades educativas y a las demandas sociales, tal como está normativamente establecido, teniendo en cuenta, además, que la educación es una realidad dinámica y que aunque algunos de los indicadores educativos tienen carácter perenne y deben mantenerse en el tiempo, otros, sin embargo, pueden perder su condición indicativa, entre otras cosas, por la superación sobrada del objetivo.
El proceso de selección de los indicadores que constituyen el sistema establecido mediante esta Orden ha sido complejo y ha supuesto un considerable esfuerzo de consenso, puesto que no siempre es fácil poner de acuerdo a distintos sectores con puntos de vista y prioridades no necesariamente coincidentes. Se comenzó con una propuesta inicial a partir del "Documento Base Sistema de Indicadores de la Educación para Canarias" (ICEC 1999), realizado por un grupo de investigadores de las universidades canarias, que, una vez dictaminada y aprobada, por el Comité Científico y del Consejo Rector de ICEC, respectivamente, se sometió a la consideración del Consejo Escolar de Canarias. Posteriormente, el Foro Mundial sobre la Educación, en el denominado Marco de Acción de Dakar, elaboró una propuesta de selección de indicadores dirigidos al logro de una Educación para Todos: para todos los ciudadanos y todas las sociedades, siendo aconsejable adaptar la selección realizada en Canarias a la propuesta internacional.
Los indicadores seleccionados se agrupan en cinco grandes ámbitos: contexto, recursos, escolarización, procesos y resultados y en su selección se han tenido en cuenta una serie de criterios, entre ellos, los de relevancia y significación, inmediatez, solidez técnica, viabilidad, perdurabilidad y claridad y facilidad de comprensión. Relevancia y significación, en tanto que los indicadores deben aportar información sustancial sobre aspectos significativos del sistema educativo; inmediatez, dado que los indicadores deben posibilitar una percepción rápida y global del sistema educativo, ofreciendo de forma sintética sus rasgos más característicos; solidez técnica, es decir, que los indicadores deben estar construidos con validez y fiabilidad; viabilidad, que implica la obtención y cálculo factible de los indicadores teniendo en cuenta la información que necesitan y su coste; perdurabilidad, que tiene que ver con la estabilidad temporal de los indicadores, de tal suerte que puedan dar lugar a observaciones longitudinales del sistema educativo, y claridad y facilidad de comprensión, en tanto que deben ser claros, de fácil comprensión y asequibles en el contenido y en la forma.
Determinar el número de indicadores que deben configurar un sistema es complicado, porque un exceso de indicadores hace inviable la obtención de la información necesaria y su interpretación y, por el contrario, un número muy reducido de indicadores puede dejar sin describir aspectos importantes del sistema educativo. En cualquier caso, hay que tener en cuenta también las posibles desagregaciones a que pueden dar lugar determinados indicadores en función de sus características y la disponibilidad de los datos.
En la estructura esquemática del sistema de indicadores que se regula en esta Orden, se define en primer lugar cada uno de los ámbitos, se precisa la definición de los indicadores que configuran dichos ámbitos y se describen los términos utilizados al objeto de evitar interpretaciones incorrectas de la información. Los indicadores seleccionados se alimentan en gran medida de las estadísticas educativas, por lo que las fuentes de los mismos son básicamente el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias y los trabajos y estudios del propio ICEC; estos últimos nutren fundamentalmente los indicadores de procesos educativos y los basados en opiniones y en resultados de pruebas externas de rendimiento. La diversidad de las fuentes y las diferencias en la temporalidad y en los objetivos de los estudios de los que se nutre esencialmente el sistema hace que el armonizar todos los datos resulte una tarea especialmente complicada.
En consideración a los antecedentes expuestos, se establece mediante la presente Orden un Sistema de Indicadores de la Educación para Canarias (SIEC), que permita, desde un planteamiento integrador y no como una simple yuxtaposición de datos, obtener un diagnóstico puntual de su realidad educativa, atendiendo principalmente a los factores contextuales; los procesos educativos; los recursos económicos, materiales y personales y los resultados, tanto académicos como aquellos que tienen que ver con el grado de consecución de los objetivos educativos previstos, desde una concepción integral del sistema educativo.
En su virtud, y previo informe del Consejo Escolar de Canarias,
D I S P O N G O:
Artículo 1.- Objetivo y ámbito de aplicación.
La presente Orden tiene como finalidad determinar un Sistema de Indicadores que, teniendo en cuenta la realidad de la Comunidad Autónoma de Canarias, permita valorar la eficacia y eficiencia del sistema educativo.
Artículo 2.- Los indicadores establecidos responden a los principios y objetivos previstos en las leyes y normas de desarrollo que regulan el sistema educativo, que seguidamente se explicitan:
- Extender y mejorar en todos sus aspectos la protección y la educación de la primera infancia y, en especial, la de los niños y niñas más vulnerables y desfavorecidos.
- Velar para que todos los niños, y sobre todo aquellos que se encuentran en situaciones difíciles, tengan acceso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de buena calidad y la terminen.
- Responder a las necesidades educativas de jóvenes y adultos asegurando un acceso equitativo a programas adecuados que posibiliten la adquisición de conocimientos y competencias necesarias en la vida activa.
- Mejorar los niveles de alfabetización de las personas adultas, en particular tratándose de mujeres.
- Eliminar las diferencias de género en la enseñanza primaria y secundaria y lograr la igualdad a este respecto entre géneros garantizando, en particular a los jóvenes, un acceso pleno y equitativo a una educación básica de calidad con las mismas oportunidades de éxito.
- Mejorar en sus diferentes aspectos, la calidad de la educación dentro de una preocupación por la excelencia y de modo que todos obtengan resultados de aprendizaje reconocidos y cuantificables, particularmente en lo que respecta a la lectura, a la escritura, al cálculo y a las competencias indispensables para la vida activa.
Artículo 3.- Definición de los ámbitos e indicadores.
El Sistema de Indicadores de la Educación para Canarias (SIEC), se articula en cinco grandes ámbitos: contexto, recursos, escolarización, resultados y procesos; su definición se precisa en los apartados siguientes:
a) Indicadores de contexto: ponen especial acento en el entorno social, cultural-económico y demográfico, en sus características educativas y en las actitudes y expectativas con respecto a la educación, inscribiéndose en el marco de la oferta educativa y sobre las reservas disponibles de capital humano, se concretan en:
a.1. Proporción de la población en edad escolarizable: número de personas de 0 a 29 años de edad por cada 100 personas del total de la población.
a.2. PIB por habitante: valor de la producción interior de Canarias relativa a cada persona, expresada en euros.
a.3. Relación de la población con la actividad económica: porcentaje de población a partir de 16 años que se considera población inactiva y población activa, así como el porcentaje de ocupados y parados dentro de esta última.
a.4. Nivel de estudios de la población adulta: porcentaje de población adulta de 25 a 64 años de edad que ha completado un cierto nivel de enseñanza.
a.5. Expectativas de nivel máximo de estudios: porcentaje de padres que desean que sus hijos alcancen determinados niveles de estudio.
b) Indicadores de recursos: nos proporcionan información sobre las disponibilidades de bienes materiales; se determinan los siguientes:
b.1. Gasto total en educación con relación al PIB: porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) destinado a educación.
b.2. Gasto público en educación: porcentaje del gasto público destinado a educación.
b.3. Gasto en educación por alumno: gasto medio por alumno en euros.
b.4. Ordenadores y acceso a Internet en los centros educativos: porcentaje de centros con ordenadores accesibles a los alumnos y número medio de alumnos por ordenador.
b.5. Proporción de población activa empleada como profesorado: porcentaje de la población activa ocupada que está empleada como profesorado.
b.6. Retribuciones del profesorado: relación entre el sueldo bruto anual mínimo y máximo y el PIB por habitante, en moneda nacional.
b.7. Alumnos por grupo y profesor: número medio de alumnos por grupo educativo en la enseñanza no universitaria.
c) Indicadores de escolarización: incluyen los recursos humanos relativos al personal empleado en educación y al alumnado que participa en ella, concretándose los siguientes:
c.1. Escolarización en cada etapa educativa: número de estudiantes escolarizados en los diferentes niveles educativos por cada 100 personas de la población entre los 3 y 29 años y porcentaje de alumnos que está escolarizado en la enseñanza pública, privada concertada y privada no concertada.
c.2. Escolarización y población: número de alumnos, en miles, escolarizados en cualquier nivel educativo y no escolarizados de cada una de las edades desde los 0 a 29 años de edad así como la relación porcentual entre el alumnado de la edad considerada y el total de población de esa edad (tasa neta).
c.3. Acceso a la educación superior: tasa bruta de acceso a la educación superior: relación porcentual entre el alumnado que se matricula por vez primera en los estudios superiores en un año académico sobre la población de 18 años a 31 de diciembre del primer trimestre del año académico correspondiente y distribución porcentual de los alumnos de nuevo ingreso en los estudios superiores, universitarios o no.
c.4. Atención a la diversidad:
c.4.1. Número de alumnos, diagnosticados por sus deficiencias como alumnos con necesidades educativas especiales, por cada mil alumnos en las enseñanzas no universitarias y su distribución porcentual en centros específicos e integrados en centros ordinarios.
c.4.2. número de alumnos de minorías étnicas por cada mil alumnos en las enseñanzas no universitarias.
d) Indicadores de procesos: aluden a aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje, el clima escolar, la responsabilidad educativa de los padres y los modos de trabajo del profesorado, concretándose en:
d.1. Jóvenes escolares y disposición de tiempo libre: tiempo en horas dedicado al estudio y a actividades de ocio.
d.2. Condiciones de trabajo del profesorado: trabajo colegiado: porcentaje de respuestas sobre el grado de coordinación e interdependencia que mantienen sus colegas para el desarrollo de la enseñanza, medidos en términos de frecuencia semanal-quincenal-cada evaluación-nunca.
d.3. Clima escolar: grado de satisfacción padres-alumnado, alumnado-profesorado, profesorado-profesorado, alumnado-alumnado, profesorado-familias, familias-centro.
d.4. Responsabilidad educativa familiar: porcentaje de respuestas de padres-alumnado sobre su grado de implicación en el desarrollo cotidiano de la instrucción-educación de sus hijos en el marco familiar.
d.5. Número de horas de enseñanza: número de horas de docencia directa a lo largo de la educación obligatoria que están reglamentadas en cada una de las áreas y su distribución por niveles y ciclos.
e) Indicadores de resultados: se refieren a la organización y funcionamiento de los centros educativos, así como a los resultados educativos en términos de titulación, de idoneidad curso-edad y de rendimiento académico en pruebas externas al centro educativo, siendo los establecidos:
e.1. Resultados en educación obligatoria: porcentaje de alumnado en pruebas de evaluación externas al centro escolar en 6º de primaria y en 4º de la ESO: proporción de alumnado que supera las pruebas de evaluación externas al centro en los niveles correspondientes.
e.2. Idoneidad del alumnado de educación obligatoria: proporción de alumnado de la edad considerada que se encuentra matriculado en los cursos teóricos correspondientes a esa edad.
e.3. Tasas de graduación: relación entre el número de graduados en cada una de las enseñanzas consideradas respecto al total de la población de la edad teórica de dicha enseñanza.
e.4. Tasa de actividad y de desempleo según nivel educativos: porcentaje de la población en edades comprendidas entre los 25 y 64 años que pertenece a la población activa por niveles de estudio terminados.
Artículo 4.- Los indicadores que configuran el SIEC podrán ser objeto de desagregaciones, conforme a la disponibilidad de los datos y las características propias de cada indicador.
DISPOSICIONES ADICIONALES
Primera.- En atención a su condición de programa de actuación permanente sujeto a revisión periódica, este Sistema de Indicadores podrá ser objeto de incorporación de nuevos indicadores, exclusión de otros o modificación de los existentes en función de la adecuación permanente del sistema educativo a las necesidades educativas y demandas sociales.
Segunda.- Además de la información obtenida a través de este Sistema de Indicadores, se realizará la evaluación de determinadas políticas y programas educativos llevados a cabo por la Administración educativa y el grado de incidencia que tienen en el ámbito de nuestra realidad autonómica, mediante los correspondientes estudios diagnósticos.
DISPOSICIONES FINALES
Primera.- Se faculta a la Viceconsejería de Educación para dictar las instrucciones oportunas para la aplicación del contenido de esta Orden.
Segunda.- La presente Orden entrará el vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial de Canarias.
Santa Cruz de Tenerife, a 24 de septiembre de 2002.
EL CONSEJERO DE EDUCACIÓN,
CULTURA Y DEPORTES,
José Miguel Ruano León.
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