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Es la propia naturaleza del silbo gomero la que hace de él un elemento netamente estético. El silbido tiene en sí mismo unas connotaciones musicales indudables, por lo cual el lenguaje silbado ha llamado la atención de todos cuantos lo han escuchado por primera vez en todas las épocas. En muchas ocasiones, y en una primera aproximación, se suele comparar al Silbo Gomero con el canto de los pájaros. Este símil poético se ajusta absolutamente a la realidad y supone el reconocimiento intuitivo de algunas de sus cualidades: belleza, originalidad y potencia.
Por otra parte, el Silbo Gomero es un lenguaje y, como tal, cumple una función comunicativa. Ahora bien, la comunicación también está presente, de diferentes maneras, en todas y cada una de las manifestaciones artísticas humanas. De ahí que, además de la valoración estética que pueda hacerse del lenguaje silbado de la Gomera, éste sirva de motivo en el que se apoyan numerosas obras de arte de diversa índole.
En las últimas décadas, gracias al mayor conocimiento del Silbo Gomero en ámbitos académicos e intelectuales, artistas de diferentes especialidades lo han empleado en sus creaciones. También hay que tener en cuenta que las nuevas tecnologías aplicadas al arte precisan de elementos innovadores, y que el Silbo Gomero se adapta perfectamente a las tendencias artísticas más novedosas en su doble vertiente de elemento tradicional y a la vez poco conocido.
La literatura ya había escogido en numerosas ocasiones al Silbo Gomero como eje temático o recurso poético. Más recientemente, la música, la pintura, la escultura o la fotografía han utilizado este lenguaje y sus componentes estéticos, culturales y sociales como referente para la creación de obras de gran valor.
JUNONIA MINOR es un montaje escénico de alta tecnología realizado en 2002 por el grupo ARTENARA con la colaboración del maestro de Silbo Gomero D. Isidro Ortiz.
A continuación se relacionan algunos de los temas de Junonia Minor.
Siete estrellas Tú, mar Literatura
A cara o cruz he lanzado Súbete al roque más alto, Sílbame más, mucho más, Silba, silba sin cesar, Silba, silba sin descanso, Sílbame el Garajonay, Sílbame el ritmo de fuego Sílbame el faro sus luces, Sílbame la sal y el agua, Cierto que no morirás, Y ahora silba más hondo, |
“El árbol que silba” del escultor José Darias Escultura en homenaje al Silbo Gomero Ubicada en el Mirador de Igualero, en el corazón del Parque Nacional de Garajonay |
(Pedro García Cabrera)
- ¿Qué significa eso? Faaa-fiii-aa-¿Fii? - Aquel hombre que ves arriba, en el risco, está llamando a su hija. Su nombre es maría. Y silba Faaa-fiii-aa ¿Fii?, que quiere decir “María, eh”, o bien “María, ¿dónde estás? ¿ya vienes? - ¡Y dónde está María? - Abajo, en el barranco. ¿La ves? Aquel punto blanco que pasa ahora bajo las palmeras. Va cargada con dos latas llenas de agua. - FAAA-FOOOOOO-FOOOIII - ¿Qué ha respondido? - Ya voy, ya voy. La respuesta fue más débil, quizá porque nos llegó en sentido contrario, el viento frenaba el sonido y la chica carecía de la potencia que mostró su padre en la llamada. (Faaa-fiii-aaa- ¿Fii? Faaa-foooooo-foooiii ¿Cómo llevar al papel aquel impresionante eco? Las últimas notas parecían eternas, y uno no sabe cómo escribirlas). Íbamos bordeando el barranco de Aguajilba, por la antigua ruta de los pastores. Dejamos atrás la pequeña ermita de Lourdes. (Elfidio Alonso, Con los dedos en la boca)
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